Hard to be a God: ¿la imposibilidad del cambio?
En el libro de los hermanos Arkady y Boris Strugatsky escrito en 1964 se describe la historia de una sociedad fuera del planeta tierra anclada en la Alta Edad Media, contemplada por un terrícola de nuestro tiempo, Anton o Don Rumata, que asiste impávido al desarrollo de esa sociedad, con el grado de irracionalidad, injusticias y crueldad que la humanidad humana lleva anotando en el curso de lo que conocemos por historia. Cuando me enteré de la existencia del libro(y de una película) me vino a la cabeza la situación de los profesionales sanitarios que asisten con paciencia pasmosa al devenir de la práctica clínica. Mientras los dirigentes de la macrogestión intentan, con mayor o menor fortuna, definir lo deseable, lo evidente, lo adecuado y se preocupan por el valor, los procesos asistenciales macro y otras actividades propias, los clínicos de a pie nos movemos en un mundo de fronteras establecidas, donde la capacidad de cambiar el dia a dia es escasa. Quiero centrarme especialmente en los temas de seguridad clínica y de la mejora de la práctica y del diagnóstico. En nuestros centros tanto de asistencia primaria como especializada trabajan excelentes profesionales, los medios son adecuados, pero sin embargo continúan existiendo problemas (normalmente nos enteramos por la prensa) como los diagnósticos tardíos o no acertados, falta de coordinación entre los diferentes sistemas de atención y sobre todo no existe al nivel “micro” una actividad planificada de mejora a partir de los problemas, confundiéndose el caso infrecuente o atípico con esta actividad. Volviendo al título del libro, qué difícil es ser un dios, cuando como clínico observas el amplio margen de mejora que puede existir en la práctica con un efecto directo en los pacientes y que sin embargo tu capacidad de influir de forma amplia es limitada, vuelves la mirada a la historia del libro, en el que el personaje asiste con una desesperación pasiva al desarrollo de una sociedad sobre la que no puede (o no debe) influir y cuya actuación evitaría una gran carga de sufrimiento y aceleraría el desarrollo. Afortunadamente no estamos en un planeta extraterrestre y confío en que un día no muy lejano autoridades sanitarias, gerentes, educadores y clínicos de a pie, marchemos juntos hacia la mejora del diagnóstico y de la práctica clínica a partir de los problemas, mejorando aún más la actividad clínica actual.
Lorenzo Alonso.
Coordinador de la Asociación Foro Osler para la mejora del Diagnóstico
www.foroosler.com