Tres sutiles perlas clínicas
La epidemiología es importante
Paciente varón de 65 años en tratamiento con quimioterapia. Acude a consulta por fiebre y escalofrios sin neutropenia. En la radiografía de tórax no se observa condensación. El paciente no tiene reservorio subcutáneo. En la analítica de orina se observan leucocitos y nitritos.
El paciente es ingresado con diagnóstico probable de infección de orina. Pero el médico encargado duda del origen de la infección ¿un paciente masculino con una infección de orina? El cuadro clínico fue claro cuando la esposa del paciente comunicó que había estado con sonda vesical tres semanas antes.
Diagnóstico final: infección de orina por Proteus mirabilis
Buenas noticias
Una mujer de 60 años comienza con escalofríos y malestar general durante la administración de contraste para realizar un TAC. Por ello fue remitida a urgencias y la médico allí actuó correctamente porque planteó otras posibilidades, es decir no hizo un cierre precoz, trató de pensar en infecciones o en cuadro embólico pulmonar.
Diagnóstico final: alergia al contraste yodado
Quien busca encuentra, pero no siempre lo correcto
Una mujer de 54 años estaba diagnosticada de Leucemia linfática crónica. Tras un período de respuesta de unos dos años, comienzan a parecer nuevas masas adenopáticas laterocervicales bilaterales. Ante la posibilidad de un síndrome de Richter se pide biopsia de una adenopatía. Se realiza biopsia pero en el informe patológico se expone “tejido de glándula parotídea con litiasis”. Como realmente hay ganglios patológicos se ha insistido en una nueva biopsia y/o linfadenectomia. Esta situación no hubiera ocurrido si un patólogo hubiera realizado una primera mirada del material.
Muy atinadas observaciones, las dos primeras muy acertada la conducta de los medicos.