Persistir y no abandonar: la clave para luchar contra el cierre prematuro

 

Una mujer de 62 años acudió al Servicio de Urgencias con un dolor cólico localizado en el cuadrante abdominal superior derecho con irradiación al área periumbilical, que había comenzado dos dias

antes, acompañado de náuseas y vómitos. No presentó fiebre. No tenía historia previa de enfermedades importantes o de intervenciones quirúrgicas. Había tenido seis hijos.

Exploración física: el cuadrante abdominal superior derecho era doloroso a la palpación, pero no había hepatomegalia. El resto de la exploración era normal.

Primera Hipótesis Diagnóstica: el residente escribió “ litiasis biliar” como su primera sugerencia diagnóstica, pero no se observó litiasis en la ecografía. Entonces, el médico decidió repetir y completar la exploración y esta vez le llamó la atención la ausencia de ruidos intestinales, lo que dirigió su proceso de razonamiento hacia el intestino como lugar de origen de los síntomas. Pidió una radiografía simple de abdomen.

Imagen Diagnóstica:

 

Evolución clínica: Los hallazgos de la radiografía dirigieron la atención hacia el Intestino Delgado, pero la causa del problema no estaba clara todavía. En este momento el paciente no tenía dolor debido a la acción de analgésicos potentes y la posibilidad de un diagnóstico como “cólico biliar” era bastante alta. Pero entonces la intuición del médico le llevó a tratar de buscar más respuestas. Pedir un TAC en un servicio de urgencias no es nada fácil en ningún hospital del mundo, pero esta vez, con la ayuda de un cirujano, el radiólogo decidió hacerlo.

Diagnóstico Final: Ileo de Intestino Delgado por litiasis.

Comentario: El sesgo cognitivo de “cierre prematuro”  puede aparecer cuando el problema clínico es raro o la presentación clínica no es la habitual. En este caso clínico sólo la persistencia del médico intentando buscar más información y posibilidades permitió alcanzar el diagnóstico correcto.

Autor: Lorenzo Alonso

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