¿Están preparados los médicos para aprovechar la inteligencia artificial en el proceso de diagnóstico?

El prometedor mundo de la Inteligencia Artificial (IA)

La incertidumbre, la presencia de signos y síntomas comunes a diferentes enfermedades y la gran cantidad de entidades clínicas, son una característica típica del proceso de diagnóstico en medicina. En los últimos veinte años, se ha producido una revolución tecnológica en el ámbito clínico, con una clara mejora de la calidad de las imágenes, la posibilidad de una historia clínica electrónica y el desarrollo de los dispositivos para una comunicación digital entre pacientes y médicos.También se ha desarrollado software específico de ayuda al diagnóstico,en la forma de programas informáticos que sugieren un diagnóstico diferencial después de que el médico facilite algunos signos, síntomas o datos de laboratorio seleccionados. Otro tipo de ayuda para los médicos han sido en los últimos años, las bases de datos que incluyen una información clínica actualizada, con una lista completa de diagnósticos diferenciales para cada síndrome o entidades clínicas, como por ejemplo UpToDate (R), pero por lo general accesibles bajo suscripción. Pero lo cierto es que los médicos en general están siempre bajo presión y sólo cambiarán su práctica si se diseña una nueva herramienta que facilite el trabajo clínico, sin demasiada inversión en tiempo y recursos. Ahora, las redes sociales y las revistas médicas empiezan a publicar cada vez más artículos dedicados al tema de la IA y su relación con la asistencia sanitaria, hablando en términos de «revolución» (1).

La IA y el proceso de diagnóstico

La decisión clínica es el resultado de un proceso mental complejo y difícil en el cerebro de cada médica, con una mezcla de emociones, conocimientos, reconocimiento de patrones y falta de un marco «duro» para seleccionar la información adecuada y útil del paciente. Un buen proceso de razonamiento clínico se basa en una mezcla de personalidad, conocimientos, control de prejuicios y capacidad para afrontar la incertidumbre.

Este mecanismo práctico, pero no siempre eficaz, podría mejorarse con el nuevo campo de la IA, pero tenemos que seleccionar y dirigir nuestros objetivos en la buena dirección, para obtener un beneficio real que mejore la práctica clínica y el proceso de diagnóstico. Desde un punto de vista práctico, me gustaría considerar algunas condiciones que este nuevo y prometedor campo de la IA debe seguir para tener un impacto real en la práctica clínica.

  1. No hay que confundir el trabajo administrativo con el clínico.

Está claro que la IA puede facilitar mucho trabajo administrativo a médicos y enfermeras, como la integración de la información, la elaboración de todo tipo de informes, el seguimiento de los pacientes, la comunicación digital, pero no es eso lo que proponemos aquí, que no es más que descender al mundo de la clínica cotidiana.

2. La IA va a mejorar la «lectura» de todas las pruebas de imagen en Medicina, pero la valoración final debe estar bajo la supervisión de un ser humano.

3. El papel principal de la IA en el proceso diagnóstico de un paciente es, en mi opinión, ayudar a recoger la exposición, medicación y enfermedades previas de un paciente, aumentando la seguridad y en cierto modo intentando corregir posibles sesgos a diferentes niveles.

4. La IA tiene un papel fundamental ayudando a los médicos a elaborar un diagnóstico diferencial, sugiriendo y clasificando una lista más amplia de posibilidades, superando las limitaciones de la mente humana.

Esta función podría ser clave para introducir la IA en el trabajo clínico, pero el acceso al cómputo de la IA debe integrarse en las herramientas clínicas de forma clara, sencilla y sin hacer perder el tiempo. En la actualidad, debe realizarse un estudio prospectivo para medir el beneficio real de la IA en la práctica clínica y en la satisfacción del paciente y el resultado clínico.

5. Las técnicas de IA pueden tener un gran impacto en el conocimiento y atención de las «enfermedades raras o poco comunes»

Existen muchas enfermedades genéticas o poco comunes, con un solapamiento de signos y síntomas, que dificultan un diagnóstico adecuado a un facultativo sin especialización en este campo, como los médicos de Medicina General, Urgencias o cualquier especialidad sin formación en este grupo de patologías. La IA puede seleccionar de forma rápida y eficaz una enfermedad concreta dentro de los «agrupamientos» de otras con muchas similitudes, pero que tienen un enfoque diagnóstico y terapéutico diferente (2)

6. La IA puede ayudar a facilitar un acceso rápido y completo a los diferentes «Criterios diagnósticos»  o escalas de diferentes procesos, ayudando a mejorar la «Precisión diagnóstica» del clínico.

7. La IA puede mejorar la transición de los pacientes y la comunicación de las alertas entre profesionales, realizando un informe completo sobre todas las incidencias detectadas en la evolución diaria de un paciente.

8. La tecnología de IA puede ser una herramienta muy útil para «llamar la atención» al clínico cuando, en la evolución del paciente, los nuevos datos clínicos y de laboratorio alertan para pensar en otra posibilidad diagnóstica, o incluso sobre señales específicas sobre interacción de fármacos o presencia de un riesgo, por ejemplo un nivel muy bajo de potasio sérico o de hemoglobina.

9. La ciencia de la IA puede ayudar a reconocer patrones de comportamiento clínico asociados a errores médicos, ayudando a cambiar la práctica clínica de un facultativo o de un equipo médico.

10. Sólo la integración real de los equipos clínicos en la implantación de la IA en la práctica clínica es la clave del éxito. Las facultades de medicina deben cambiar, cuanto antes mejor, el currículo médico para adaptarse a este nuevo reto.

Autor: Dr. Lorenzo Alonso Carrión

FORO  OSLER

El contenido de este post es de libre disposición, citando sólo la web de procedencia: prodiagnosis.org

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